jueves, 13 de agosto de 2009

Los Indiferentes


Este año empecé La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Después de leer el infierno no encontré un castigo que me impresionara más que el que sufren los indiferentes. Apenas en el comienzo, en el 3er canto, justo después de atravesar la puerta (con la inscripción que termina"...dejad, los que aquí entráis, toda esperanza", la pucha) que da al lugar donde esta el infierno, se encuentran —Dante y Virgilio— con las filas interminables de los indiferentes, esas personas que en vida no movieron un pelo (junto con unos ángeles, caídos claro, que no lo hicieron por alguien más que ellos mismos), o como dice ahí : esos que vivieron sin gloria y sin infamia. Como castigo
«Los echa el Cielo por no ser menos hermoso,
y el profundo infierno no los recibe
porque sus reos alguna gloria lograrían de ellos.»

o sea, no pertenecen a ningún lugar —el limbo tampoco, para vos que lo pensaste: el limbo es el lugar para los no bautizados, de ahí que Benedicto XVI lo "borrara": si no te bautizás, vas directo al infierno, ¿se entiende?—, a ningún lugar, les digo.
Me hizo pensar un poco, no en el castigo que puede uno recibir en la otra vida —no estoy seguro de creer en eso—, sino en la importancia que le dio: Dante debía tener una muy baja definición de los que no tienen el coraje para hacer algo, lo que sea —aunque, leyendo un poco más te enterás que para él la gula era peor que la lujuria, o sea, encararte a la mujer de tu vecino vaya y pase, pero comerte toda la torta voz sólo no eh; no tenía todos los puntos claros me parece.

No se, siempre aparece, en cualquier lado, fijense ustedes, algo así, que me recuerda que no hay que pensar tanto (yo suelo ser uno de esos que piensa mucho, y que quede claro que "mucho" no significa "bien").
Hoy me puse un poco serio. Y sí, nos pasa a todos.

1 comentario:

Unknown dijo...

¡Qué buen análisis! Simple y concreto, pero profundo...
Saludos y un beso grande.
Anahi