martes, 16 de febrero de 2010

Sobre pequeñas distracciones

Recaigo en la conciencia de que soy idiota,
de que cualquier cosa basta para alegrarme de la cuadriculada vida...

Julio Cortázar, 
Hay que ser idiota para...

(entre Verónica y Marcos)

—Creo que es la primera vez que tomo mates en la cama.
Ah...esos pequeños placeres que tantas veces nos negamos.
¡Callate! (Ríen)
Casi que le da otro gusto, ¿no?
Mm, casi. (Pausa). Vos siempre estás con esos gustos de todos los días, ¿eh?
¿Y qué tiene de malo?
Seguro sos uno de esos tipos que se ríen del que se tropieza en la calle.
Oh, todo el mundo lo hace. Es gracioso. Que se joda. (Ríe)
No te rías.
Te estoy siguiendo la corriente, nomás. No soy así. Escuchame...
Y ¿cómo es?
Ok, mirá. Son pequeñas... distracciones. No le doy tanta importancia. No me la paso buscando, pero me doy cuenta cuando llegan, nada más.
Sí, pero no conozco a mucha gente que haga eso.
¡Bah! ¿Nunca te reíste cuando te miraste al espejo, a la mañana? Toda despeinada, con las marcas de la almohada. (Pausa). Además, ya te dije, yo no busco nada.
... y ¿distracciones de qué? No te me pongas negativo, eh.
(Ríe). No, lo dije por otra cosa. De otra forma. Es que son cosas chicas, nada más. Nada de comedia o poesía, o qué se yo, nada importante, rebuscado.
(Sonríe) ¿Cómo qué?
Em...¡Ya sé! Mirá ahí. Esas manchitas en el techo. ¿Sabés qué es?
¿Esas? Sí... quiero decir, no, no se. ¿Qué son?
Es yerba. (Ríen). ¡En serio! Acá, antes había un escritorio, y mi cama estaba en ese rincón. Era de una plaza. Tenía que estudiar, así que me preparé unos mates y vine acá, pero cuando me cebo el primero, el mate se me cae y pega el culo contra el suelo. ¡Saltó todo! Me acuerdo que hizo un sonido seco, ¿viste?, ¡toc! y después empezó a caer yerba.
Y ¿eso te gustó?
Sí... bueno, después tuve que limpiar. Era un mate grandote. Pero no todos los días llueve yerba en tu departamento.
(Ríe). Exagerado.
(Ríe). Ok, no fue tanto así, pero sí cayó yerba. Había en el escritorio, el suelo, un poco en esa pared y esta, en el pelo y la ropa. Poco, pero bien desparramado. Además del techo.
Sí. Che, ¡sos vago, eh! ¿Por qué no lo limpiaste?
Nah, ¿para qué? Necesito un recuerdo, o algo así (ella lo mira), sino, cómo te podría contar esto. (Pausa, ella lo sigue mirando) Ok, no tuve ganas.

2 comentarios:

Chipi dijo...

"no todos los días llueve yerba en tu departamento"

jajaja...cierto.

Lindo, lindo.


besos

Nicolás dijo...

La verdad es que me pasó algo así, no tan exagerado, pero...
Gracias

Saludos