sábado, 1 de agosto de 2009

-Relaciones pasajeras-

Te joden porque estás solo, te dicen que así vas a terminar, pero ¿qué saben ellos? Pasaste por un montón de relaciones, pero ellos no lo ven, no lo admiten.
Por ejemplo, la semana pasada llendo para la facultad ves por allá, cruzando la calle en la otra esquina, caminando en tu dirección, a esta hermosa chica. Morocha, no muy alta, caminando como en cámara lenta, y vos pensás "¿qué clase de chico se gana a una mina así?", porque das por sentado que está saliendo con alguien. Te imaginás a un pibe de peinado medio raro, que cuando habla mira a los costados como buscando público, y por supuesto que debe tener algo de maquillaje. En fin, un boludo —es con estas chicas que uno se convence de lo ineludible de la ley del embudo.
Te preguntás enseguida, mientras, como si se moviera siempre en su lugar y vos estuvieras parado, ella se sigue acercando con paso lento —la parte baja de su pollera se mueve de izquierda a derecha con ritmo hipnótico—, te preguntás, decía, cómo puede gustarle personas como esas, que no valen un centavo, siendo que hay mejores hombres en cualquier lugar, dispuestos, solteros, como vos. ¿Por qué hay tanta injusticia?
Así que te decidís cambiar esa situación —o, mejor dicho, esa estadística—, y te proponés decirle algo cuando pase a tu lado, algún piropo, pero tiene que ser algo original, nada como lo que dicen los demás, o de esa jerga babosa de viejos verdes, tiene que ser algo que le indique que sos un buen tipo y que valés la pena, todo en una frase. Recurrís entonces a alguna película que te gustó. Las mejores frases están en las películas.
Pensás, mientras seguís buscando una buena frase —y ella que se sigue acercando—, cómo sería si resultara todo, cómo seguiría la conversación, de qué hablarían, y casi te llegás a preocupar, pero te convencés de que no te tenés que adelantar, no, nunca te tenés que adelantar a este tipo de cosas porque no resultan como vos lo esperás, ni una vez. Así que te calmás y seguís buscando qué decirle, y te enorgullecés, tímidamente por supuesto, de esa gran verdad que acabás de reconocer. Te decís que después de todo algo sabés; si algún día formás una familia algo vas a tener para enseñarle a tus hijos, y no sólo esa porque hay muchas más de dónde ésta salió.
Con seguridad te movés por esa imagen de familia, pero la ves a ella desviar la mirada y te das cuenta que ese caminar no forma parte del "catálogo" de una persona madura, que ella no está preparada para algo así, y junto con la inseguridad viene el adulterio. No podrías salir a trabajar tranquilo sabiendo que ella se está fijando mucho en tu vecino, que está soltero y es del mismo tipo de boludo que ese primer noviecito que tuvo antes que vos llegaras. Ese tipo de hombre que a ella tanto le atrae. Y todo se viene abajo porque no estás seguro de poder soportar los cuernos, y después que el divorcio, que quién se queda con esto o aquello, y qué pasa con los chicos. Demasiado lío.
Así que por fín se cruzan y ella, ¡pero qué caradura!, mirándote siempre a la cara se gira, y los dos frenan esperando algo del otro, hasta que ella, sin dejar de sonreír, haciéndose la boluda, como si no supiera lo que te hizo pasar, abre la boca y te dice:
—Hola.
—Pf, ¡por favor!— y te vas, con las manos en los bolsillos, triunfante tras haberle demostrado que sos mejor que eso, que ya la superaste.
Y después te dicen que nunca estuviste en una relación.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Nico, qué bueno lo que escribís! Ya sé que no es nuevo en vos, pero la verdad me encantó! Seguí, está bárbaro... Me gusta mucho el estilo, es el tuyo, parece que estoy eschuchándote decir todo eso!!!
Nos estamos viendo, un beso grande.
Anahi

Chipi dijo...

JAJAJAJA!!!
EXCELENTE!

Me encantó en serio. A las mujeres a veces nos pasa algo similar...pensar "que chico lindo, inteligente....y por qué está con esa hueca? eh?" En fin, cosas que pasan....

Flori dijo...

El que no arriesga, no gana. Dicen...


=)

Anónimo dijo...

Hola... es 1º de enero de 2011 y me comí el blog. Bah, voy por este post, leyendo de adelante para atrás, y justo te tomaste un descanso, pero de todas maneras, te felicito por la narrativa, la complicidad, y la forma en que realmente hacés sentir a los lectores -nosotros- que estamos sentandos frente a vos tomando un mate.
este post en particular es el que más me gusto hasta ahora. Excelente.
Un beso desde Buenos Aires :)