—... Sabés que perdí la costumbre de escuchar música en la calle.
—Ah, mirá.
—Sí. Fue todo una casualidad, en realidad. Se me rompieron los auriculares y... viste. Pero ahora voy por la calle con la costumbre de armar conversaciones con las otras personas.
—¿Conversaciones? ¿Con gente que te cruzás en la calle?
—No, con... — Hace un gesto con la mano, como tomando algo de sí y llevándolo hacia adelante. Clarísima la idea: con nadie.
—¡Uh! Ja ja ja.
—Sí. Si algún día me contestan, te llamo y me llevás.
1 comentario:
Esto se parece mucho a mi realidad...
Hacía mucho que no pasaba por acá.
Un gran abrazo desde Stgo.
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